Se define la toponimia como el conjunto de los nombres de un país o una región, siendo a través de las escrituras y documentos la forma más fiable de guardar memoria de ellos, pero en el día a día de cada pueblo sus habitantes modifican la ubicación y los nombres de sus múltiples fincas y lugares, siendo muy habitual que una propiedad tome el nombre de alguno de sus dueños o de un echo sucedido allí: “la fuente de Gallo”, donada por Francisco Gallo, “la casa quemada”, “la casa de Veneranda” …
Cuando los viejos de un lugar mueren se llevan consigo sus recuerdos y los vivos confundimos y modificamos constantemente la toponimia de nuestros pueblos.
¿Sabéis dónde están “Jundriones”, “Sojerran”, “Mies de Pajón”, “Lloseros”, “El Pozo de las Llamas”, “La Cuesta de Sobrebárcena”, “La Castañera del Monte”, “La Fuente de la Salud”, “La Finca de Santos”, “El Pindial”, ¨La Picuda”, “Las Viñas”, “La Playa”?
Nuestros abuelos sí lo sabían, pero su uso se ha perdido y solo consta en los documentos.
Algunos topónimos los hemos modificado: “Ladrea” antes era “Ladreda”, “La Gerra” se escribe con “J” y en ese afán de no olvidar los topónimos se instalan carteles en los que no todos estamos de acuerdo.
Como me estoy convirtiendo en uno de los más viejos del pueblo, quiero aportar mi granito de arena en este documento que recoge mis recuerdos sobre nombres de edificios importantes, lugares, barrios, fuentes, manantiales, arroyos, urbanizaciones nuevas…

PULSAR LA FOTOGRAFÍA PARA ABRIR EL PDF