Existe en la zona baja de Villapresente una mies llamada de las Puentes por cuya planicie discurre un arroyo nacido en la cueva abierta al pie de la cuesta de los Pellejeros. Actualmente conocemos al arroyo y al lugar que se extiende a sus márgenes como “el Munío”, aunque en muchos textos anteriores también se le llama “Monío”.
A escasos metros de la cueva y del arroyo había una casa solariega de dos plantas armadas en piedra de mampostería con esquinales de sillería, profundo soportal con arco de medio punto al centro y dos pequeños ventanales flanqueándole; balconada con dos columnas y sencillos tornos, todo de roble; al este, una estrecha escalera daba acceso al piso superior a través de una puerta cubierta con tejadillo; una corralada cerrada con pared de apenas un metro de alta a la que se accedía por una sencilla portalada de piedra; y en su límite con el camino público, al poniente, un sencillo humilladero, también en piedra y cerrado en tornos de madera, demostraba la gran religiosidad de la familia que la habitaba.
“La casa del Monío” se convirtió durante más de tres siglos en una de las casonas más importantes del valle. Era la casa de la familia “Ruiz de Peredo”.
